Desde 2011, la startup Genome, la mayor comunidad colaborativa de apoyo a los principales ecosistemas de startups del mundo, elabora un ranking global con las 20 ciudades más consolidadas como hub de emprendimiento. En su informe Global Startup Ecosystem de 2017, que sitúa a Silicon Valley, Nueva York, Londres, Pekín y Boston entre las más destacadas, Genome analiza 5 factores externos que influyen directamente en la manera en la que se desenvuelven las startups, valorando de esta manera las características que debe poseer cada ciudad para permitir un desarrollo exitoso de un ecosistema emprendedor.
Los parámetros que configuran esta clasificación son: el rendimiento, en el que se evalúa el número de startups que se lanzan desde ese ecosistema, el valor de las mismas, así como las que son vendidas a otros mercados; la financiación, donde se valora el acceso a la financiación de las startups en fase temprana y su crecimiento, así como el acceso a fondos a través de empresas de venture capital (VC); el alcance del mercado, es decir, las posibilidades que da el ecosistema para que la startup sea global; el talento, donde se tienen en cuenta la facilidades para contratar perfiles profesionales, la calidad de éstos, así como las remuneraciones que se les paga; y por último, la experiencia de la startup para conocer de qué manera el ecosistema recicla la experiencia y la usa en futuras startups.
Los criterios, en cambio, que se usan en el sector FinTech para seleccionar las ciudades que sirven como hubs de emprendimiento están más enfocados al propio desarrollo de su sistema financiero, así como a su regulación y el apoyo que se tiene por parte del gobierno. En este caso, el informe Connecting Global FinTech: Interim Hub Review 2017 publicado por la consultora Deloitte, por ejemplo, utiliza un índice de rendimiento para medir los hub basándose en tres reconocidas clasificaciones: Doing Business Index del Banco Mundial, el Global Innovation Index y el Global Financial Centres Index (GFCI). Además, hace una clasificación según una autoevaluación que se realiza a los propios representantes de estos ecosistemas, entre los que se encuentra la Asociación Española de FinTech e Insurtech.
En la autoevaluación se analizan 6 criterios: en el caso de la regulación, se estudia si el entorno regulador es propicio para el crecimiento de FinTech por la facilidad para obtener las licencias de funcionamiento, si se han creado sandboxes o cuál es el nivel de participación del regulador en el ecosistema de FinTech; las startups extranjeras, el uso de estas ciudades para lanzar o expandir startups, o si existen acuerdos entre ciudades; la proximidad al cliente, es decir, el tamaño del mercado y la penetración de las FinTech entre los consumidores y las empresas; la experiencia, capacidad de la ciudad para desarrollar y atraer talento; la cultura de innovación, cómo se enfrentan las startups a los riesgos y fracasos así como su capacidad de colaboración para desarrollar nuevas ideas; y el apoyo gubernamental, es decir si el gobierno financia a las startups del sector FinTech o si tiene políticas que promuevan su crecimiento.
Según este ranking, Londres, Singapur, Nueva York, Silicon Valley y Chicago son los hubs más propicios para el crecimiento del FinTech por ser centros neurálgicos del desarrollo financiero e innovación tecnológica, contar con apoyo gubernamental, tener una regulación favorable con la creación de entornos sandbox que les permite desarrollar el mercado de una manera controlada, ser atractivas para el talento profesional, así como centros de lanzamiento y expansión de startups FinTech.
En este análisis, Madrid se sitúa a la vanguardia del impulso de la innovación en España, ya que cuenta con un ecosistema favorable para las FinTech y el emprendimiento. Sin embargo, -señala el mismo informe- la capital de España necesita más apoyo gubernamental y regulatorio para reducir las barreras de entrada.
En este punto, debemos decir que gobierno central ha dado algunos pasos a favor la regulación. En 2015 aprobó la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, un entorno que ha permitido a muchas plataformas de financiación, como Lendix, formar parte de un ámbito regulado y claramente definido. Es cierto que, la existencia de este marco regulatorio ha sido fundamental para el inicio y transmisión de confianza hacia el mercado y los participantes. Y como es normal, necesita de una constante actualización, por lo que ahora la CNMV y el Banco de España están dispuestos a escuchar a los actores del mercado e iniciar un diálogo para tener una regulación que favorezca el sector. Permitiendo, de este modo, que los inversores cuenten con un marco de seguridad y que los operadores FinTech puedan hacer crecer este nuevo mercado en beneficio final de la economía, en general, y de los clientes, en particular.
Estos cambios en la regulación, sumados al desarrollo de iniciativas que favorezcan el crecimiento y la consolidación del fenómeno FinTech pueden hacer que Madrid se consolide como un hub de emprendimiento para las startups de FinTech. Los llamados Sandboxes o bancos de pruebas regulatorios, que sirven para que las FinTech puedan estudiar el funcionamiento y viabilidad de sus proyectos, y así fomentar la innovación en el mercado, sin que haya consecuencias ni para el mercado ni para los partícipes, es una buena manera de empezar.