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¿Qué es un sandbox y cómo funciona?

Seguramente habrás oído hablar de los sandbox regulatorios.

Literalmente, un sandbox es una caja de arena, donde juegan y experimentan los niños. Hoy en día, el sentido de la palabra inglesa ha evolucionado:

En el contexto del desarrollo web, un sandbox es un entorno cerrado que permite aislar parte del código para testar cambios.

En el área de las fintech, un sandbox es un campo de pruebas, supervisado por las instituciones regulatorias, en el que las empresas pueden probar sus productos y servicios con exención parcial o total de algunas normas y el compromiso de los reguladores de que no habrá sanciones contra los participantes, si cumplen unos requisitos. El sandbox regulatorio tiene varios objetivos:

  • Acomodar el ritmo intensivo de crecimiento de las empresas fintechs al cumplimiento de las normativas;
  • Crear un espacio de innovación para las empresas emergentes que se hubieran podido quedar fuera debido a la rigidez del marco regulatorio;
  • Permitir a las instituciones tener un mejor conocimiento de los productos y servicios fintech para luego regular y así mantener la protección del consumidor.

La idea del sandbox regulatorio nació en Reino Unido, en 2015, cuando el Financial Conduct Authority, el regulador financiero británico, promovió la implementación de dicho marco normativo para fomentar la competencia y mejorar la oferta de productos financieros a disposición de los consumidores. Desde entonces, otros países lo han implementado: Australia, Hong Kong, Korea, Holanda, Singapur o Suiza son los buenos alumnos en términos de innovación regulatoria y tienen su propio sandbox.

En España, el gobierno de Mariano Rajoy impulsó la normativa y la actual Ministra de Economía, Nadia Calviño, está trabajando para que el sandbox se apruebe antes de Navidad. Si así es, la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV), el Banco de España y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP) serán los encargados de crear el equipo de supervisión del “laboratorio” de regulaciones fintech. Esto posicionaría a España a la vanguardia de la innovación financiera en Europa, al ser uno de los primeros países del continente en ponerlo en marcha.